Retos y oportunidades para la industria solar en 2024

Joachim Goldbeck, Director General del Grupo GOLDBECK SOLAR, sobre los retos y oportunidades de la industria solar en 2024:

«El año 2023 fue indudablemente positivo para la industria solar. Asistimos a una creciente concienciación mundial sobre la urgente necesidad de reducir las emisiones de CO2. Al mismo tiempo, la caída de los precios de los módulos y el hecho de que las fuentes de energía convencionales se hayan mantenido en un nivel de precios elevado han dado un impulso significativo a la industria solar. Esto ha propiciado la aparición de grandes mercados y el desarrollo de capacidades considerables a lo largo de toda la cadena de valor. Sin embargo, la industria también se ha enfrentado a una serie de retos. El aumento de los tipos de interés no sólo dificulta la construcción de infraestructuras, sino también de centrales fotovoltaicas. También tengo una opinión crítica de la posición dominante de los fabricantes chinos de módulos fotovoltaicos, ya que esto significa que el mercado mundial no tiene una posición equilibrada y resistente.

Para 2024, seguiremos vigilando los temas relevantes ya mencionados. También nos centraremos en el uso sensato de la fotovoltaica en combinación con la agricultura (agri-PV) y la protección de la biodiversidad para utilizar las superficies existentes de forma sostenible. Igualmente importante es el desarrollo de soluciones técnicas y normativas, por ejemplo en el ámbito del almacenamiento y los centros de transformación, para alimentar de forma fiable la creciente cuota de energía solar y eólica a las redes, proporcionando al mismo tiempo electricidad rentable y limpia.

En cuanto a las expectativas políticas para este año, apoyo el «paquete solar», que simplificará los procesos y estabilizará la expansión. Sin embargo, los planteamientos no son suficientes para garantizar la duplicación de la tasa de expansión fotovoltaica prevista por el gobierno alemán para los próximos tres años. Para ello serán necesarias más decisiones y normativas, como simplificar y acelerar los procesos, compensar el aumento de los costes de financiación y medidas para reducir la burocracia y abrir el mercado.

Los retos políticos y normativos a escala europea también exigen una estrategia clara. Por un lado, debemos mantener los bajos costes de construcción y funcionamiento de los sistemas fotovoltaicos y, al mismo tiempo, reconstruir la industria fotovoltaica europea. Esto último debe perseguirse mediante financiación pública sin comprometer el primer objetivo, que requiere mucha mano de obra. Aquí ya hay buenas propuestas, como una prima de resiliencia para los sistemas equipados con productos europeos. Además, el diseño del mercado debe revisarse de forma que se incentive la expansión de las energías renovables a largo plazo y, al mismo tiempo, se consiga un suministro estable y neutro en CO2 de forma económicamente favorable.

Es importante para mí subrayar lo importante que son las inversiones en energía limpia y descentralizada para las empresas y las personas. Estas inversiones no sólo permiten a las empresas controlar sus propios costes energéticos, sino que también reducen su huella de carbono y constituyen la base de un desarrollo atractivo, sostenible y, por tanto, preparado para el futuro.»